Cuando diseñamos un interior, ya sea en una vivienda o en un local, una parte fundamental del proyecto es pensar en los revestimientos de los planos que lo delimitan: las paredes, el suelo y el techo.

Pensando en las paredes, un recurso muy utilizado y que ayuda a dar dinamismo a los espacios es diferenciar una pared de la estancia de todas las demás.

Además de dar mayor riqueza a la estancia, éste es un buen método para crear distintas zonas y ambientes. Por ejemplo, en un dormitorio remarcando el cabecero de la cama, o en un estudio creando una pizarra que ocupe una pared entera.

Si además de diferenciarla con color aplicamos distintas texturas, como listones de madera, ladrillos, mosaicos cerámicos … podemos crear espacios únicos y con personalidad.